Hay sueños que duran para siempre
Un escaparate diferente, un sueño de verano
Shakespeare, en Sueño de una Noche de Verano, proclamaba: «Los amantes y los locos tienen una mente tan febril y una fantasía tan creadora, que fantasean mucho más de lo que entiende la razón”.
Dos bombones descansan gentilmente en una bonbonnière francesa. ¿Es un sueño? ¿Una realidad? Todo parece tan onírico, tan dulce y tan ligero… Parace que la fantasía vence a la razón. Nos lleva a un mundo donde sólo existen las noches de verbena. Salas decoradas con tules de seda y mujeres vestidas de encajes lanzando confeti. Se celebra la vida, la magia, los encuentros entre amantes y la fugacidad de la juventud que no se detiene.
La pasada primavera recreamos una escena con dos maniquíes hechizados como si de su propio Sueño de una Noche de Verano se tratase. Tonos empolvados mezclado con tonos ácidos y unos colchones que ensalzan aún más las figuras. Escena que descansaba en una trasera con motivos barrocos para ayudar a que la imaginación volase aún más hacia los mundos de Shakespeare.
La posición de los maniquís, sus gestos y expresiones faciales, lograron conceptualizar la imagen de la mujer bucólica y festiva, pero a su vez delicada. La altitud de los colchones sobre el camastro contrarresta con el semblante profundo y elegante de los cuerpos. El maquillaje facial con tonos frescos ensalzan aún más las suaves expresiones de sus rostros, marcando la personalidad jovial y desenfadada de la figura. El cabello le otorga aún más realismo a los maniquís dándole un claro protagonismo en la escena.
Visten lencería de L’arca: pololos de Muselina, gasas y ligueros con encajes y corsés de satén que ensalzan la figura femenina, frágil y exquisita.
Vitalidad en los colores ácidos. Cremas, nudes y pasteles para los rosas. Blancos rotos y primroses que aportan sencillez. La tonalidad cromática del conjunto -junto a los encaje- forma un total look tendencia durante la primavera 2017.
